Duarte se fue de la representación diplomática argentina en Quito y tras varias horas en que se desconocía por completo su paradero se supo que había llegado (todavía no se sabe cómo) a la embajada argentina en Caracas, Venezuela.
Ello motivó que el gobierno ecuatoriano declarara como «persona no grata» al embajador argentino Gabriel Fuks y solicitara su retiro del país. Argentina respondió a eso solicitando a su vez el retiro de la Argentina del embajador ecuatoriano en Buenos Aires, Xavier Alfonso Monge Yoder, tras lamentar la «incomprensible decisión del Gobierno» de Quito.
El canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, defendió la declaración contra el diplomático y afirmó que «de mínima, hubo una violación a la debida diligencia que tenía que tener el Gobierno argentino dentro de su jurisdicción, y en el peor de los casos complicidad en la fuga de la señora Duarte».
Sin embargo, el retiro mutuo de los embajadores, en principio para Ecuador no significa que se dé un paso más allá.
Por el momento Ecuador mantendrá a su encargada de negocios. El canciller explicó que quieren revisar los resultados de estas investigaciones sobre lo sucedido. «Llama la atención que Duarte salga de la Embajada argentina en Quito y llegue a la Embajada argentina en Caracas», remarcó.